viernes, 2 de marzo de 2012

Tú!

Tú la adorabas. Hubieses escrito mil versos que hablasen de la forma en la que te miraba con ojos templados, hubieses llenado mil cuadernos en rima asonante contando la manera en la que besaban sus labios, lo hubieses hecho, si hubieses podido. Tú la deseabas. Deseabas poseer cada centímetro del suelo que rozaba su paso, cada mirada perdida, quisiste obviar cada divagación de su alma, declararla enemigo y amenaza, tus manos plegaban sus alas, pero contemplar flotar su cuerpo coqueto, era suficiente para significar sosiego en medio de un campo de batalla. Decías que era especial, diferente, mágica, algo te decía que no la podías dejar escapar, pero tu nunca entendiste de hechizos ni hadas. Quizás aun la recuerdes… A veces te busca, cuando se siente sola, luego se culpa, y cierra los ojos, aprieta los labios y sigue el camino, igual de perdida, igual de decidida a seguir caminando…

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